Marc Monzó

Para el barcelonés Marc Monzó, las joyas han de tener la capacidad de reflejar y tomar parte en la vida cotidiana. Las suyas son para la calle y la casa, el club y la tienda, y no para museos o galerías de arte. Su deseo de trascender las convenciones de la joyería se percibe cuando oscurece o borra el valor de los materiales, por ejemplo, agrupando metales preciosos y plásticos, y cubriéndolos con una misma pintura monocroma.

La materia, manipulada, se transforma en un mapa de su realidad, aunque recrea el mundo que le rodea desde una perspectiva alejada de todo realismo, y siempre cambiante. Según el crítico Love Jönsson “su método parece sugerir la convicción de que el verdadero conocimiento del mundo procede de la multiplicidad de las miradas arrojadas sobre él. Mientras que ciertos atributos de los objetos sólo pueden ser apreciados por el análisis detallado, otros requieren una visión desapasionada, de reojo o desde la ventanilla de un avión�.

Entre sus creaciones, que si tuvieran que responder a una lógica sería a la de los sueños, hay un anillo aderezado con un racimo de anillos, otro que se magnifica hasta formar un broche, y un par de pulseras que se entrelazan con el pie de una copa. Alfileres con cabezas esféricas de colores, como recién extraídos de un tablón de anuncios, se convierten en pendientes, y una pelota de ping-pong es bañada en plata y luego pintada para lucirla prendida.

Lo que el artista y sus piezas nos muestran es un mundo de fragmentos que simbólicamente se esparce, se revuelve o incluso se arroja como confeti sobre nuestra ropa.

“Desde los 80, en mi ciudad, se viene haciendo una joyería creativa bastante narrativa, corriente con la que no me siento identificado, de hecho, me interesa más el diseño intrínseco de los objetos. Me siento más cercano a la joyería que se hizo en Cataluña desde los años 30 hasta los 70, en la que encontramos una apuesta por el lenguaje estético junto con una clara intención de síntesis.�-dice Marc.

Formado en la escuela de arte y diseño Massana (Barcelona), en el año 2006 el Colegio de Joyeros de Cataluña le concedió el premio de la sección de diseño. Su obra se encuentra en las colecciones del Museu de les Arts Decoratives de Barcelona, y, en Holanda, en la Françoise van den Bosch Foundation y el Stedelijk Museum’s-Hertogenbosch, así como en galerías europeas (Louise Smit, Galerie SO, Sofie Lachaert, Klimt02 | Gallery), japonesas (Deux Poissons) y estadounidenses (Ornamentum, Jewelers’ Werk). Ha expuesto en CaixaForum (Barcelona), Museum Of Decorative Arts (Nueva York), Danish Museum Of Art & Design (Copenhague), Stedelijk Museum’s-Hertogenbosch (Holanda) y en el Centro Cultural de Belém (Lisboa).

A la venta en Klimt02 | Gallery y Vallery (Barcelona), y online aquí y aquí.